La riqueza y evolución cultural de las sociedades es tan constante, que permite que permanentemente se creen nuevas situaciones, interacciones u objetos necesitados de una nueva nomenclatura para que las personas podamos referirnos a ellos.
Aldea global, emoticono, nini, zombie… y millones más. Términos de nueva creación, neologismos, que están perfectamente asociados y consolidados, dentro de nuestro imaginario, con acciones o personas en concreto.
Hoy agradezco poder utilizar este espacio que gentilmente me han concedido en el gran Con T de Tópico para romper una lanza en favor de todos aquellos hombre maltratados, también por este blog (afortunadamente, no es mi caso… de momento) centrándome en un adjetivo, término de nueva creación, que nació para ejemplificar y dar por fin personalidad a un tipo de hombre que ha sido menospreciado indiscriminadamente, por los siglos de los siglos, amén. Se trata del término: PAGAFANTAS.
No negaré que la primera vez que lo oí quedé un poco extrañado, pero cuando investigué su signficado, no pude más que reir un buen rato. Calmadas mis risas, inicié un pequeño estudio sobre la profundidad del término, lo que me llevó a entender QUÉ significaba realmente: niveles de autoestima por el suelo, capacidad de superación nula, y enamoramiento, no solo no correspondido, sino utilizado con desprecio, sin complejos y bajeza indisimulada, por la mujer receptora de este amor. En definitiva, todo lo negativo que nos puede llevar el amor tóxico.
Eso ya no hacía tanta gracia. Además, el término engloba todos los factores, pero si los miramos por separado, es indudable que individualmente se aproximan a situaciones vividas por la mayoría de nosotros, los hombres, al menos en alguna ocasión.
En fin, vamos por partes:
ÉL
El pagafantas, al final, no deja de ser una víctima. Víctima de la sociedad, de los estereotipos, de los tópicos. Víctima de mujeres bellas con pocos escrúpulos e inexistente capacidad de empatía.
Se trata de un personaje que comete el error de enamorarse de una persona superficial e inabastable, y que es sometido psicológicamente por ella, anulando completamente su personalidad.
ELLA
Para la mujer adulada, significa un esclavo físico y psicológico, que alternativamente va pasando de llevabolsas (cuado va de compras) a todooídos (cuando tiene que escuchar los insoportables problemas, a menudo sexuales, que la fémina amada sufre con sus múltiples parejas).
Aunque lo peor, es que ella está convencida que es EVIDENTE que su belleza es absolutamente incompatible con la del pagafantas. Y en consecuencia, que él tiene SUERTE de que le permita recoger las migajas que ella va dejando.
Para ella, por su superficialidad e incapacidad de empatía, es inimaginable pensar que el pagafantas está convencido de máximas cómo: que esa proximidad es positiva para él, que a la larga, tanto picar piedra le reporatará conseguir su objetivo, (llegar a la persona amada), que tarde o temprano ella se dará cuenta de que con él podría ser feliz…
Pero, y concluyendo, se engaña. Porque a ella no le interesa alguien que la haga feliz. Le interesa sentirse adulada, saber que puede tener una legión de seguidores detrás, y sobre todo, dejarse maltratar por gente que la valora solo por su físico.
No. A todas la mujeres torturadoras del mundo: esto NO se hace. Os pido que seáis capaces de interpretar el dolor que provocáis en vuestros aduladores, y dejar a un lado la vanidad para decirnos claramente lo que hay. Porque por vuestra parte, solo hace falta un poquito, muy mínimo, de buena voluntad, para descubrir lo que quiere un hombre de vosotras.
Y no. A todos los hombres pagafantas del mundo, y sobre todo, a mi amigo. NO continuéis por este camino. Es una forma de tortura psicológica. Valéis mucho más que eso. Por favor, NO OS DEJÉIS MALTRATAR